Amar es Aceptar lo que somos

AMAR ES SOPORTAR LA INSOPORTABILIDAD DEL OTRO



"Pero en el fondo de tu alma habitaba una emoción convulsa, un deseo constante, el deseo de ser diferente de lo que eras. Es la mayor tragedia con que el destino puede castigar a una persona. El deseo de ser diferentes de quienes somos: no puede latir otro deseo más doloroso en el corazón humano, porque la vida no se puede soportar de otra manera que sabiendo que nos conformamos con lo que significamos para nosotros mismos y para el mundo. Tenemos que conformarnos con lo que somos, y ser conscientes de que a cambio de esta sabiduría no recibiremos ningún galardón de la vida: no nos pondrán ninguna condecoración por saber y aceptar que somos vanidosos, egoístas, calvos y tripudos; no, hemos de saber que por nada de eso recibiremos galardones ni condecoraciones. Tenemos que soportarlo, este es el único secreto... Tenemos que soportar que nuestros deseos no siempre tengan repercusión en el mundo. Tenemos que soportar que las personas que amamos no siempre nos amen, o que no nos amen como nos gustaría..." 
El último encuentro de Sándor Márai

Esta cita de Sándor Márai me acompaña desde hace ya varios años. Me confirma aquella intuición posadolescente y juvenil de que en la literatura iba a encontrar más «psicología con alma» que en los libros formales de psicología. Pido disculpas al lector por lo larga de la cita y los invito a que lean El último encuentro, se harán adictos a la obra de Marái e irán tras sus libros, que son maravillosos.
Volviendo a la cita, ¿qué nos dice el autor? Tenemos que soportar lo que somos. No puede latir otro deseo más doloroso en nuestro corazón afirma, que el deseo de ser  alguien diferente de quienes somos. Nos recuerda la máxima de Sócrates: «Conócete a ti mismo», o sea, el «aceptarse». Para aceptarse, hay que conocerse. Cuántas veces, conversando con alguien, nos damos cuenta de esto, de que en el fondo, esa persona no se ha aceptado, no se puede amar como es y late en su interior el deseo de ser otro. Este deseo tortura por dentro a la persona, alejándola del proceso interior de reconciliación con nuestra historia, para aceptar quienes somos. Solo así vendrá el cambio, y solo cambiamos por amor. De hecho, aceptarse es una forma de amarse.

« [...] la vida no se puede soportar de otra manera, que sabiendo que nos conformamos con lo que significamos para nosotros mismos y para el mundo [...] »
Conformarse es una palabra que puede sonar a «resignación». Encierra la verdad profunda y espiritual de que sabiendo quiénes somos, conoceremos también el mundo. Aceptar lo que soy para mí y para el mundo es el primer paso para cambiar algo en mí mismo.

Este proceso transcurre por un lado en la intimidad del diálogo conmigo mismo, y por otro en relación con el mundo y los otros que me rodean. Cuántas veces en secreto espero el «galardón» porque di el paso de «aceptarme». Pero no, ese galardón no viene y nunca vendrá, porque es el resultado de mi camino de vida, ser quien soy y poder así completar, gracias a los otros, el conocimiento de mí mismo. Uno conoce el mundo por los lentes que somos. Superar la vanidad del ego que nos pide que nos aplaudan cuando uno descubre que tenemos el mismo defecto que nuestro padre..., ese es un regalo íntimo, que me ayuda a aceptar a mi padre, su historia, sus genes, su vida, para que pueda yo aceptar que vengo de ahí, en el fondo ese «defecto» es mi ligazón con mi historia. Son los propios genes que nos recuerdan que venimos de ahí, y que vamos hacia nosotros mismos y que nos encontraremos con nosotros en la medida en que nos encontremos con los demás. Salir del autismo existencial en que vivimos actualmente.

Tenemos que soportarlo dice Márai, con la doble acepción de esta palabra en español. Soportar como tolerar y soportar como sostén, como apoyo. Tolerar al otro es ir hacia la alteridad, es incluir al otro en mi proceso de ser persona, soy gracias a los otros que me ayudan a seguir siendo como soy. Nadie se hace solo. Y soportar como sostén. Gracias a los otros nos sostenemos mutuamente. En muchas relaciones de pareja o relaciones de convivencia de mucha amistad, nos damos cuenta de que somos insoportables, porque el otro del otro soy yo..., entonces si él es insoportable, yo también, porque en este vínculo de intimidad, por la propia convivencia se nos revela el carácter, nuestro temperamento, gracias al amor. Ese amor nos permite soportar la insoportabilidad del otro, darle sostén, hacerle lugar en uno mismo, de esta manera se logra que nuestra relación sea más llevadera, se humanizan los vínculos, y se hace más «soportable»

 Aceptar la historia; nuestro carácter, no luchar contra lo que somos, soportar que el mundo no es lo que nos gustaría que fuera... Actitudes espirituales que nos regala esta magnífica obra de Márai, donde un diálogo (¿o monólogo?) profundo nos indica que solo el amor nos permite seguir creciendo como personas.

Y para terminar sumar el aporte de “mindfulness” que va de la mano de la aceptación. Respirar cuando tenemos problemas o nos aparecen pensamientos negativos, antes de responder, me doy un minuto para resirar, y me doy cuenta para adentro “ que es lo que estoy sintiendo ?” , “ vale la pena decirlo?”. El darme tiempo para darme cuenta que muchos pre juicios, terminan siendo juicios que alteran nuestros vinculos. En cambio si respiro y dejo pasar, puedo mirar al otro con compasión, entender lo que está viviendo, darme la libertad de responder o no, para sumar a nuestra relación y vivir mas en paz. 



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